jueves, 16 de octubre de 2008

El amor viene y va

Si, el amor viene y va. Mientras hay vida y esperanza, hay algo para construir aferrados a un abrazo para subsistir al vertigo lunático la sociedad y su látigo. Es verídico, sentimos pánico genético si estamos solos. Gestos románticos son raros, tiempos modernos que se burlan de lo tierno y se distancian de lo eterno, acostumbrado, sufrid por ello. Yo fui creada en el destello de un amor forjado desde lo mas bello. Afortunada pasé mi adolescencia, tan perdida, pensando distraida que el amor no iba conmigo. A veces tan arrepentida de mi timidez, distante, sintiéndome distinta a cada instante. Hoy pienso en quienes amé, a quienes fallé. Hoy pienso en las veces que mentí sin saber por qué. Aquella primera vez, que creí estar enamorada, encadenada a una figura y deslumbrada. Iluminada en sensaciones de avalancha enseguida fui olvidada en una cama fria y ancha. Punzadas en mi tórax, horas de llorar a solas, olas del primer amor que en esta orilla se evaporan...en estos tiempos de huida el amor viene y va. Cuando todo está perdido otra luz vendrá, matará el frío sombrio de la soledad. Los meses pasaron y entendí el error del deseo, desesperada por sentir calor, inocencia desvanecida en ritos de pasión. Herida, fui calmando mi apetito sin medida, un móvil que no responde como única despedida. Caminando y sin dar crédito, maldiciendo aquellos hábitos sin mérito, vacios y suicidas. Si la tentación llamaba, yo acudía y me sacudía la monotonía de otro día. No podía abandonar el sudor que aquello me ofrecia y en su lujuria me hundía y me derretía. Y es que sólo fui otra víctima que creía ser verdugo del sexo sin compromiso y de su placer mudo cansado. Y harta volví a mi cuarto, triste y oscuro. Fue así como descubrí que sin amor no hay futuro. Decidida a pasar página relajé mi conciencia, sequé las lágrimas vencidas por la providencia retratando la existencia, como única estrategia para olvidar mis carencias. Y alcancé la paz con la soledad de aliada porque antes que sentir dolor mejor no sentir nada. Hasta que un hada apareció de repente en mi mente, inluminando un corazón inerte me hablo y me dijo que el nunca se va para siempre, que el amor camina libre, como el alma de la gente, que no entiende de añoranzas ni lamentos, que sólo vuelve cuando siente que llego el momento. Ahora sé que el amor fuera de nosotros sólo es viento. Necesita de un cuerpo donde hallar cobijo y tiempo para madurar mientras nos murmura voces de luz pura, infinita, que invitan a levitar, pero es caprichoso y marcha en busca de aventura, dejando el alma desnuda en manos de la locura. Sólo nos queda esperar, jugar con la soledad a oscuras hasta que llega otra figura que nos cura en estos tiempos de huida. Sin amor no hay futuro, viendo como el amor va, vuelve y se desvanece...si, el amor viene y va.